viernes, 26 de julio de 2013

EL CAMINO DEL AGUA - EL CARRANCHALET

"No hay en él mas aguas que las que las zúas sacan de las entrañas de la tierra, y por ser en corta cantidad debe reputarse secano aquel recinto... Mas cuantiosas y ricas fueran las cosechas si hubiera riego, si perfeccionadas las obras de Don Francisco Sirera para desaguar la laguna de Salinas, pudieran conducirse al Raspeig parte de sus aguas".

Con estas palabras describe Cavavilles la impresión de San Vicente del Raspeig en su viaje por estas tierras.

No han sido numerosas, ni mucho menos, las fuentes de agua en este municipio. Al sur del término existieron dos manantiales distantes unos 100 metros, cuyas aguas fueron conducidas a Alicante para abasto de aquella población, pero que no surtieron a San Vicente.
El primero y más importante fue el de D. Juan Alted y Navarro. Este señor ofertó sus aguas provenientes de su finca "El Sagrat" al Ayuntamiento de la capital, a través de una solicitud realizada el 23 de Julio de 1880. El proyecto fue aprobado y los caudales de esta excavación abastecieron a Alicante hasta el año 1891. Sus aguas iban dirigidas a los depósitos de Casablanca, Valladolid, y uno propio, que fue ubicado frente a la plaza de toros.
El segundo fue el de D. Manuel Ausó y Monzó, que ofreció también sus aguas a la capital, pero no sería hasta 1891 cuando se llevaría a buen término. Debido a la disminución del caudal y a otros problemas, la corporación cesó el contrato firmado con el Sr Ausó casi inmediatamente.
Podemos citar también la creación en 1859 de la Sociedad minera El Diluvio, y posteriormente, en el año 1875, la fundación de la "Sociedad Exploradora de aguas San Vicente", cuyo objeto era "alumbrar, poner de manifiesto y explotar las aguas subterráneas que discurren por el término del pueblo de San Vicente, según resulta de los estudios e informes facultativos, y de las aguas potables que obtenga, dotará para el servicio del abasto a dicho pueblo, con la necesaria para alimentar una fuente pública de cuatro caños ....."

Al norte de San Vicente existieron y existen dos fuentes más, "El Sabinar" y "El Carranchalet".
De las dos brotan abundantes aguas destinadas para el riego. Pero es de la segunda de la que nos vamos a ocupar.

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Constitución de la Sociedad El Carranchalet

El 4 de Abril de 1894 se firmó la escritura matriz de constitución de la Sociedad Anónima El Carranchalet ante el Notario D. Luis Martinez y Grau.
En el acto estaban presentes D. Vicente Lillo Torregrosa, D. Juan Lillo Sogorb, D. José Pastor Bellido, D. Ramón Beviá Torregrosa y D. José Ferrandiz y Carratalá.
Este último era propietario de once pertenencias mineras tituladas "Poco se pierde por intentarlo", enclavadas en la partida de Boqueres paraje del Carranchalet.


El Sr Ferrandiz cede a la Sociedad las pertenencias mineras por la cantidad de 1.000 pesetas. Ese montante fue repartido en 400 acciones de 2,50 pesetas.
Cada uno de los comparecientes manifiesta ser dueño de 50 acciones y declaran que D. Manuel Ausó Arenas es portador de 10 acciones y D. Vicente Lillo Alcaraz, D. Vicente Aracil Lillo, D. Mariano Buades Bellido, D. José Montoyo Torregrosa, D. Ramon Lopez Garcia, D. Juan Guijarro Pastor, D. Manuel Dominguez y D. Vicente Botella Tovar son portadores de 6 acciones cada uno.

Catorce días mas tarde, concretamente el 18 de Febrero tuvo lugar ante la misma notaría la firma del acta de constitución de la Sociedad.
En el acto estaban presentes el quinteto fundacional portadores de 50 acciones cada uno y los restantes accionistas como sigue:
  • Miguel Lillo Roca. 2 acciones.
  • Benito Torregrosa Fuentes. 1 acción.
  • Pedro Lloret y Lloret. 4 acciones.
  • José Antón Lillo. 2 acciones.
  • Rafael Alcaraz Torregrosa. 6 acciones.
  • Vicente Beviá Torregrosa. 2 acciones.
  • Francisco Larrosa Martinez. 2 acciones.
  • Manuel Ausó Arenas. 10 acciones.
  • Vicente Lillo Alcaraz. 6 acciones.
  • Vicente Aracil Lillo. 6 acciones
  • Manuel Botella Tovar. 2 acciones.
  • Jose Montoyo Torregrosa. 6 acciones.
  • Ramón Lopez Garcia. 6 acciones.
  • Juan Guijarro Pastor. 6 acciones.
  • Manuel Dominguez Samper. 6 acciones.
  • Vicente Botella Tovar. 6 acciones.
Hallándose cubierta mas de la mitad de las 400 acciones quedó constituida la Sociedad El Carranchalet con la siguiente Junta Directiva:
  • Presidente. D. Vicente Lillo Torregrosa
  • Vicepresidente. D. Pedro Lloret y Lloret.
  • Tesorero. D. Juan Guijarro Pastor.
  • Contador. D. Vicente Beviá Torregrosa
  • Vocal. D. José Pastor Bellido.
  • Vocal. D. Mariano Buades Bellido.
  • Secretario. D. José Ferrándiz Carratalá
El 2 de Diciembre de 1894 quedó aprobado en la Junta General el "Reglamento de la Sociedad Anónima Minera EL CARRANCHALET", firmada por su presidente D. Vicente Lillo y el secretario D. José Ferrándiz.



En su artículo 1º dice:

"La Sociedad El Carranchalet, constituida con arreglo a la Ley, tiene por objeto, explorar y explotar las aguas que puedan encontrarse en el registro minero titulado Poco se pierde por intentarlo, situado en la partida de Boqueres, del término municipal de San Vicente del Raspeig, cuyas aguas se destinarán al abastecimiento de la población, riego de terrenos ye establecimiento de industrias, en el término de dicho pueblo, y si hubiera sobrantes, al de otros pueblos, y al aprovechamiento de los minerales que se encontraren en dicho registro minero y en los que la Sociedad pueda denunciar o adquirir".

Poco se pierde por intentarlo no fue demarcada como mina de agua sino como mina de lignito, cuestión habitual en el pasado, en el que minas de extracción de agua eran señaladas como cobre, hierro, etc.,
En Octubre de 1898 Dña Catalina Montenegro, vecina de Ibi, cedió gratuitamente a la Sociedad cinco parcelas de terreno de 100 metros cuadrados cada una en la partida del Llano de la Olivera en los que radicaban los trabajos de exploración.

Recabando información en la prensa de la época, encontramos en la correspondencia alicantina de 10 de Abril de 1899:

"Se sabe por conducto autorizado que la mina de agua denominada el Carranchalet, surtirá de aguas dentro de poco a los campos de San Vicente.
Los trabajos que se han verificado para la construcción del foso y de las minas, han dado por resultado llegar hasta el manantial que se deseaba, y es tanta el agua que existe por aquellas excavaciones, que los mineros han tenido que suspender los trabajos, hasta tanto se de salida a las referidas aguas.
Nos alegramos de tan fausto suceso, y por ello damos nuestra enhorabuena a los accionistas"

No solamente para el riego, sino también, para consumo humano. Se instaló un tubería de hierro hasta el pueblo donde se suministraba el agua a través de dos fuentes situadas en la Plaza de la Constitución (Plaza de España) y otra en la calle Cervantes.

En Julio de 1904 el entonces presidente de la Sociedad D. Pedro Lloret presenta una instancia solicitando autorización para el paso de las aguas del Carranchalet por la tagea modelo num. 5, situada en el hectómetro 5 del kilómetro 2º, de la carretera de San Vicente de la de Alcoy a Yecla.

Las excavaciones proseguían buscando aumentar el caudal de aguas, así en Septiembre de ese mismo año se anuncia la subasta para la perforación de dos pozos de 60 a 70 metros de profundidad y 100 metros de galería, indicando que la subasta se verificará el 9 de Octubre, de once a doce de la mañana, en el local de la escuela, calle del sol, por pliegos cerrados.

Sello de la Sociedad El Carranchalet

DESCRIPCIÓN DE LA MINA

La mina del Carranchalet es una galería subterránea de gran recorrido que avanza paralela al barranco del mismo nombre. Le acompañan en su trayecto pozos de aireación o lumbreras que comunican el túnel con el exterior. Por su tipología esta mina de agua responde al término de "Qanat". En la actualidad el agua que aflora al exterior va encauzada en una tubería de pvc lo que da a entender que todavía es aprovechada. Ya en la superficie el agua va canalizada por una acequia, pasando el barranc de la Mosca mediante un acueducto, hasta una balsa situada al oeste de la casa de la Canyadeta Verda.
No existe una bocamina por donde acceder al interior. En un determinado punto del recorrido hay un acceso oculto, poco visible, realizado supongo, cuando se instaló la tubería.
La descripción de la galería comienza desde el mismo lugar donde debió existir la entrada o bocamina.

La galería en este lugar es estrecha sin ningún revestimiento y obliga a caminar agachados. Por el suelo de la mina circula la tubería de pvc. La conducción está rota y ha anegado el suelo de agua.
A lo largo de todo el recorrido se observan algunas reconstrucciones en los hastiales de la galería. Reparaciones realizadas de manera tosca, con la única finalidad de sostener la conducción. Pasamos bajo una estructura de vigas y bloques de hormigón donde se observan a los lados marcas de agua en las paredes y raíces provenientes del exterior.


Pasamos de un terreno arenoso e inestable, hasta encontrar roca dura y consistente, para llegar a la primera lumbrera. El respiradero está cubierto en la superficie con unas lajas de cerámica y con una abertura que permite el paso de la luz al interior.
Desde el inicio del recorrido hasta la primera lumbrera hay 146 metros de longitud.

A 26 metros de esta primera lumbrera o pozo de aireación hay un partidor que retiene el agua y la conduce por la tubería hacia el exterior.



Continuamos hacia el interior avanzando sobre el agua. La galería está excavada en la roca y la sensación de seguridad es mayor. Se observan los taladros para ubicar barrenos realizados por los constructores de la galería. A 50 centímetros del suelo se observa un revestimiento hidráulico que cubre la pared, así como restos de cal.
La mina ondula continuamente a derecha e izquierda variando también su anchura, pero debiendo avanzar agachados.


En algunos tramos la galería, sobre todo en las curvas, está perfectamente enlucida y abovedada, contrastando con las posteriores y antiestéticas reparaciones realizadas.
Mas adelante la galería se estrecha un poco y adquiere mayor altitud pudiendo permanecer en algunos tramos casi erguidos. En este lugar se observa que paredes y techos han sido enlucidos, hasta llegar a la segunda lumbrera.
Este segundo tramo tiene una longitud de 204 metros.
El segundo respiradero está cubierto en la superficie por grandes lajas de piedra.

A continuación se ven restos de cal amontonados a los lados, retirados en su momento cuando la mina tuvo algún tipo de mantenimiento, para facilitar el curso del agua. Paredes y techos son abruptos dando a la galería un aspecto siniestro.


Llegamos a la tercera lumbrera de una longitud de 99 metros en este tercer tramo. En la superficie también está tapada por grandes losas de piedra.

La trayectoria gira ahora suavemente hacia el noroeste. Seguimos andando sobre un suelo blanquecino cubierto de agua. Se observa un recubrimiento en las paredes a un metro del suelo. Avanzamos encorvados ya que no es posible permanecer erectos.
Aunque la mina presenta un aspecto inseguro, la presencia en paredes y techo de los taladros para ubicar barrenos realizados por los mineros que excavaron la galería, nos indica la ausencia de derrumbamientos.
Sorprende la longitud que media entre la tercera lumbrera y la siguiente, cuya distancia entre ambas es de 226 metros.
La cuarta lumbrera de idéntico modo que las anteriores, está tapada en la superficie a gran altitud.

Seguimos avanzando; a 75 metros existe un desnivel en el suelo de la mina donde el agua se precipita velozmente y podemos permanecer en pie.


Adelante, la galería y por unos breves metros, está enlucida y abovedada, en muy buen estado y de apenas 50 centímetros de anchura, para cambiar drásticamente a su aspecto normal.


Hay un arco formando una bóveda hecho de ladrillos a modo de remiendo para reforzar en este punto la galería, sin dar sensación de seguridad.
Encima se observa una abertura; justo arriba, a gran altitud, se encuentra la quinta lumbrera, a 180 metros de la anterior.



A partir de aquí la mina discurre por un terreno blando e inestable y son numerosos los pequeños derrumbamientos y las reparaciones efectuadas en la galería.
Atravesamos una distancia donde las paredes están recubiertas de ladrillo; mas adelante hay otro trecho donde el conjunto está revestido también de ladrillo.
Hay tramos donde la galería se estrecha y hay que pasar agachado procurando no tocar la pared y el techo.
Llegamos a la sexta lumbrera. También está tapada en la superficie por losas de piedra. Se puede ver la luz que entra entre las ranuras a una altura considerable.
Avanzamos con el mismo panorama y con extrema precaución. Llegamos a un punto donde ya no es posible continuar impedidos por un derrumbe que ha taponado toda la galería.
La distancia entre la quinta lumbrera y el derrumbe es de 217 metros, quedando la sexta lumbrera en medio del trayecto.



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Recorrimos un total de 1072 metros a través de la galería subterránea. La longitud total de ésta calculo que es de algo más de 2.000 metros.
Hay 17 lumbreras sobre el terreno, pero todo parece indicar que no todos estos respiraderos comunican con la galería que circula por debajo. 
Esta mina, construida para captación de aguas subterráneas, posiblemente se le diera otro uso años más tarde, para conducir aguas provenientes de otros lugares.
En mi artículo "la acequia del Carranxalet", se observa una de las acequias descritas que va a desembocar en la última lumbrera, la nº 17, situada en la ladera del barranco.

Esta mina o qanat da la sensación de ser algo "funcional", es decir, está construida para aflorar aguas subterráneas, sin que sus constructores se preocuparan de nada más. 
En otras galerías visitadas se observan las paredes enlucidas y trabajadas, con arcos y bóvedas bien definidos. La mina del Carranchalet da la sensación en muchos tramos de estar internándose en una caverna.

Ya fuera en el exterior, situados en el lugar de salida del agua, llama la atención el acueducto que traspasa la rambla por donde ésta circulaba en el pasado.
Según el profesor Jesús Moratalla Javega en su libro Arqueología y Patrimonio histórico en San Vicente del Raspeig, nos dá unas

"medidas de 5.35 metros de luz por 2.80 de flecha. Uno de los ladrillos tenía inscrito el sello de propiedad de Hijos de Jaimee (sic) Ferrer y Cª Alicante, por lo que la construcción del acueducto debe ser entre los años 1910 y 1920"


Miembros de la expedición:
- Rafael
-Sergio

Fuentes consultadas:

- Observaciones sobre el Reyno de Valencia. Antonio José Cavanilles
- Bases de la escritura de constitución y reglamento de la Sociedad anónima "El Carranchalet" domiciliada     en San Vicente del Raspeig (Alicante tip. de Such, Serra y Cia 1894)
- Diario La correspondencia alicantina de 10 de abril de 1899
- Arqueología y patrimonio histórico en San Vicente del Raspeig. Jesús Moratalla Jávega
- AHPA. Protocolos Notariales. D. Luis Martinez Grau

domingo, 14 de julio de 2013

ALJIBE Y VENTA DE MONNEGRE

Ruta realizada el 13 de Julio de 2013

Pequeño pero interesante recorrido a través de uno de los innumerables barrancos que van a morir al río Montnegre.
Jose Luís, un vecino de la zona, sabedor de mi interés por la temática del río, me sugirió este itinerario apartado de caminos y sendas transitadas.
Aljibe

En la cabecera del mencionado barranco, situado en la margen izquierda del Monnegre, hay ubicado lo que a primera vista parece una casa, pero que en realidad corresponde a un aljibe para embalsar agua de lluvia.
El depósito tiene 3 metros de profundidad, desde el canal de entrada del agua hasta el fondo y 10 metros de largo y 4.40 metros de ancho. El techo construido en pendiente es de teja, y parte de él se ha desplomado. Por el lado que mira al sur se puede observar varias de estas tejas alineadas haciendo la función de canal para conducir el agua del tejado y depositarla en el aljibe.


Bajo de éste hay una estancia o cueva artificial abovedada, donde hay construidos a ambos lados unos bancos, y entre ellos, al fondo, un surtidor donde antaño era utilizado para llenar cántaros de agua.
Esta cavidad tiene unas medidas de 2.60 metros desde la entrada hasta el fondo; 2.70 metros de ancha; y 2.63 metros de altura.

Cavidad dispuesta bajo el aljibe, donde se observan los bancos o 
poyos y el surtidor, ahora inexistente

A escasos metros, aguas abajo, en el margen derecho, hay unas casas-cueva, idénticas a tantas otras que hay en estos parajes. 
Según la opinión de José Luís y de otros vecinos del río, estas cuevas fueron una "Venta" en el pasado, lo que indica que este fue un lugar de tránsito importante.
Salvo una pequeña sección que se ha derrumbado, el resto está en relativo buen estado

Casa - cueva

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Nos situamos de nuevo en el aljibe para bajar por el barranco en dirección norte - sur. En primer lugar atravesamos pequeños bancales abandonados de olivos y algarrobos.
A medida que avanzamos el barranco se estrecha y las paredes a ambos lados adquieren mayor altitud. En el lecho crecen baladres de considerable altura en busca de la luz del sol en lo alto.
Como corresponde a este tipo de terrenos, el suelo es irregular y en tramos inestable, teniendo que sortear al mismo tiempo la maleza con multitud de plantas espinosas.


Cuando este pequeño desfiladero está próximo a finalizar, podemos observar de nuevo el afán del hombre antiguo para construir estructuras, con el fin de guiar y aprovechar las aguas de escorrentía, y darles uso.
Se trata de la existencia de un alcavón de 17 metros de longitud por 1.40 metros de alto, y 60 cms de ancho, cuya misión era canalizar el agua del barranco hacia unos bancales productivos

Entrada del alcavón

Esta no es sino, una muestra más de los esfuerzos de nuestros antepasados de aprovechar los escasísimos recursos hídricos necesarios para la vida.
Sin salirnos de la zona en que nos encontramos, existen, entre el barranco descrito y la acequia de Bonny, boqueras sobre el terreno, para dirigir las aguas de lluvia de las lomas sobre las que se apoyan, hacia una acequia principal, y de aquí a los campos de cultivo.
Y por todas partes hay pequeños aljibes aislados y acequias prácticamente derruidas que llegan hasta ellos, para conducir también las aguas de las vaguadas y colinas circundantes.

Aljibe prácticamente destruido. Ha perdido
completamente la cúpula que lo cubría.

Agradecimientos:

Jose Luís. Vecino de Monnegre

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