miércoles, 14 de marzo de 2018

LA FUENTE DE LA ANCORNIA Y LA ACEQUIA DE LOS ENAMORADOS

La interesante historia sobre los riegos de la huerta de Alicante desde sus inicios en la época musulmana, procedente del único río existente, el rio de Castalla o Cabanes, y con el posterior levantamiento de la presa de Tibi en el siglo XVI entre los cerros del Mos del Bou y la Cresta para regular esas aguas, ha relegado a un segundo término otras estructuras mucho mas antiguas que merece la pena conocer.
Esos elementos son las quince presas antiquísimas ,donde ya se le dedicó un artículo en este blog, y el canal de los Enamorados.
Las primeras han formado parte del sistema de riego antes de la construcción del pantano, y también después, teniendo una papel relevante en la historia de la huerta ya que fueron el origen de infinidad de discordias entre los regantes.

Los historiadores y viajeros elogiaban ya desde los inicios del siglo XVII la construcción del dique que retenía las aguas que nacían en Onil y cuyo caudal iba aumentando procedente de numerosas fuentes que brotaban en los barrancos de su alrededor o en el mismo álveo del río.
Esos mismos cronistas mencionaban la existencia de un canal romano, antiquísimo, ya en desuso en aquellos tiempos, denominado Acequia de los Enamorados.
Gaspar Escolano posiblemente sea el primero que habla de ellos, expresándose en estos términos: "Por falta de regadío ha estado muchos siglos yerma buena parte de su campaña, hasta que en nuestros días se hizo la famosa fábrica que llaman de Pantano, digna verdaderamente de ser tenida por de romanos, por su grande e ingeniosa máquina y por el grande fruto que della resulta". Unas lineas mas adelante el autor se fija en el estrecho del Mos del Bou y la Cresta. "Aquí puso los ojos el inventor del pantano. Porque cerrando aquella boca (donde se vuelven a estrechar las sierras), con una máquina tan alta como una torre, hecha de piedra y cal y canto, y dejando por bajo una bóveda abierta de estatura de un hombre, para que corra el agua que en aquella plaza se va empantanando...."
A continuación menciona la antigua conducción "Ya los romanos parece que atinaron en parte el conducto desta agua, tan necesaria para el riego de la vega de Alicante por esta misma canal: porque en ella a un lado, a la mano derecha, se halla por dentro de la peña viva abierta y minada una larga acequia que los vecinos de por allí llaman de los enamorados y debió de durar hasta el tiempo de los moros".
Unos años mas tarde Vicente Bendicho reconoce la existencia del canal para "llevar el agua hasta la misma ciudad, que es muy fácil de encaminarla, o quizás para sacar el agua de la fuente dicha de la Alcornia que era sabrosísima y saludable y debió de ser entonces muy abundante..".

En la actualidad los expertos y estudiosos en la materia no han asegurado con exactitud que la procedencia de las aguas guiadas por el canal romano sean de la Ancornia, pero tampoco han rechazado esta teoría ya que no hay fuentes históricas que nos ayuden en una u otra hipótesis, salvo la revelación de Bendicho.

Vista de la presa desde el Mos del Bou. Abajo a la izquierda el inicio de la acequia de los Enamorados.

LA FUENTE DE LA ANCORNIA

En el margen izquierdo del Pantano de Tibi esta situada la partida de Ancornia o Alcornia (según algunos textos), con unas vistas privilegiadas del embalse donde existe la finca del mismo nombre.
Con esa denominación ya la cita Bendicho igual que el Profesor Armando Alberola en su crónica que trata sobre los impulsores y ejecutores del proyecto.
"Las obras, según mandato real, habían de ser dirigidas por el ingeniero Cristóbal Antonelli, debiendo prevalecer siempre su opinión sobre la de los maestros destajistas. A éstos, la ciudad les cedía la heredad de La Ancornia con el fin de que pudieran usar de ella durante la construcción del pantano...".
La elección de ese lugar podría deberse a la proximidad de la presa y a la existencia de una fuente de agua potable para el abastecimiento de los obreros.

La construcción del pantano reorganizó los riegos de modo que se beneficiaran los antiguos usuarios ubicados aguas arriba del embalse, los regantes de Monnegre cuyas tierras estaban aguas abajo, y los de la denominada huerta de Alicante situados en la parte mas alejada del pantano.
Esto originó infinidad de pleitos sobre la posesión y derechos de las aguas entre los regantes, que no recelaron en levantar presas para desviar el agua hacia sus tierras haciendo caso omiso de los antiguos privilegios concedidos por el Rey y de las ordenanzas y reglamentos redactados a lo largo de los años.
En alguna de las numerosas inspecciones llevadas a cabo para observar obras ilegales y usurpación de aguas llevadas a cabo en el siglo XVIII tenemos el auto del comisionado de la Real Audiencia de Valencia D. Francisco de Miravete para que "se mandase á Vicente Bernabeu y Joseph Bernabeu labradores, y á otros vecinos de la villa de Tibi, que no rieguen del agua de una fuente nombrada de la Alcornia que se encontró en el distrito llamado de la Alcornia, en un sitio muy elevado a la parte de levante de dicho rio de Tibi, que sale por debaxo de unas peñas, con mediana copia de agua, y se riegan tierras de dicho barranco de la Alcornia propia de los susodichos Vicente y Joseph Bernabeu y otros, ni otras algunas baxo las penas a su señoría bien vistas, y que baxo las mismas no pongan ningun impedimento que divierta el curso natural del agua de la citada fuente, que debe correr directamente al dicho rio y pantano".
Unos años mas tarde en el pleito entre la Ciudad de Alicante y Jijona se realizó una vista ocular de las fuentes que alimentan el río Monnegre. Se inspeccionaron las fuentes de Castalla, Ibi, Jijona y Tibi.
En el informe aparece la fuente de la Ancornia en los siguientes términos: "el Perito de Alicante declara, se le mostró otra fuente en término de Tibi, llamada de la Alcornia, que dista un tiro de fusil de la pared del Pantano, a la parte de arriba, que nace a la mano izquierda, a 50 pasos de dicho rio, que fluía una pierna de agua..".

A comienzos del siglo XIX el habitador de la casa de La Ancornia era José Jover y Candela junto con su esposa Dña Isabel Bou. En su testamento el Sr Jover lega prácticamente la totalidad de los bienes raíces a sus nietos Benito y Bernardo Bernabeu y Jover.
Del mismo modo les cede el uso de las aguas de la fuente indicando el sistema de reparto.
"..es mi voluntad que Bernardo quede con la inalterable obligación de contribuir por mitad con su hermano Benito a la conservación de la acequia para el riego desde la fuente de la Ancornia hasta todo lo que de esta se alcanza con la vista.
Les dexo el agua del riego de la Heredad de la Ancornia dividida en los tér minos siguientes: domingo, lunes, martes, miercoles y las noches de todos los dias comprehendidos en la semana, devehir el agua a la Balsa para el riego de lo que posehe (¿?) y jueves, biernes y sabado excluidas sus noches, deve quedar el agua en su nacimiento para el riego de Bernardo".

Sobre el uso de las aguas de la fuente encontramos otro ejemplo cuando en el año 1878 el guarda del pantano, Cipriano Sanchez, denuncia al casero de la hacienda de La Ancornia Vicente Sierra y Galiana, de haber aprovechado indebidamente cinco horas de agua de la fuente de La Ancornia llenando una balsa y regando unos bancales.
Al denunciado se le citó para que compareciera ante el Tribunal de las aguas de la Huerta en compañía del entonces dueño de la finca D. Antonio Just.
El acto estuvo presidido por el director del Sindicato Emilio Pascual del Pobil. Vicente Sierra defendió su derecho amparándose en la R.O de 26 de Marzo de 1846 que autorizaba a los labradores de Tibi para que conservasen un tercio del agua que manaban de sus fuentes dejando el resto para la huerta de Alicante.
El Sr Serra continúa su alegato acusando al guarda del pantano de aceptar sobornos en anteriores ocasiones permitiendo que otros regantes cuyas tierras lindan con el embalse tomaran mas aguas de las debidas. Finalmente se formó un expediente gubernativo para la adquisición de pruebas y testimonios de testigos postergando el asunto en una resolución futura.

LA FUENTE DE LA ANCORNIA EN EL SIGLO XX

Sumergidos por las aguas del pantano están los bancales que se regaban y una de las balsas que recogía las aguas de la fuente de la Ancornia.
El embalse no ha tenido siempre el aspecto de hoy en día, donde las aguas han llegado a precipitarse por encima de la presa en tiempos de crecidas. En épocas prolongadas de sequía ha estado casi seco con una cantidad mínima de agua corriendo por el cauce original del río pegado a la vertiente derecha del lago.
En ese estado se podía andar sobre el lecho y se apreciaban algunos muros de piedra seca formando antiguos bancales y áreas de cultivo. Por contra, cuando el pantano se llenaba gran parte de la superficie cultivable volvía a inundarse no pudiéndose obtener rendimientos de esas tierras.
En esa situación estaba Antonio Ramos Galiana, arrendador de la finca en el año 1895, cuando solicita al Sindicato de regantes pagar solamente la mitad del arrendamiento "por encontrarse la mayor parte de las mismas sumergidas bajo las aguas del pantano".

Es importante resaltar antes de continuar que la Ancornia la componen dos fincas: Una que pertenece al Sindicato de riegos de la Huerta de alicante, cuya extensión abarca el Pantano de Tibi  y una masía en ruinas que en la actualidad sirve de mirador y aparcamiento; y la otra, donde está ubicada la casa rural Masía de L´Ancornia.
Ambas propiedades se conocían y se conocen por el mismo nombre y tenían derecho a las aguas de la fuente hasta su extinción en el año 1975.

Fotografía del pantano con aguas bajas en el año 1971.
Se puede observar la huerta regada con el agua de la Fuente de La Ancornia. Actualmente esta cubierta de agua.
Foto: Francisco Sanchez (Archivo Municipal de Alicante)


En los años 50 y posteriores del siglo XX, en la casa actualmente en ruinas propiedad del Sindicato vivía el Sr Enrique. Este hombre estaba al cuidado de la finca y era el encargado de regular la paleta que daba salida a las aguas hacia el río Monnegre.
Para hacer esta función cruzaba en una barca de remos toda la extensión del pantano desde la casa hasta la misma presa, o hacia las escaleras excavadas en la roca situadas aguas arriba del dique en la vertiente derecha.
Al Noreste de la casa en una pequeña vaguada, nacía la Fuente de la Ancornia debajo de un roquedo.
El agua brotaba de forma natural en una pequeña cavidad de apenas dos metros de longitud, y en la salida formaba un remanso donde después era desviada en dos direcciones.
El agua estaba destinada para el riego y además era apta para consumo humano. Se envasaba en cántaros desde el mismo nacimiento para su traslado.
Enfrente del manantial habían algunos pequeños bancales, una palmera y en los alrededores crecían gran cantidad de árboles frutales y muchos cerezos. Además había una huerta con gran variedad de verduras que se vendían en los mercadillos de Tibi, Jijona y Muchamiel.

La flecha señala el lugar donde está la fuente

Desde el nacimiento el agua se derivaba en dos direcciones: Hacia la izquierda, a escasos metros, había una balsa a la sombra de una higuera; y a continuación pero una poco hacia abajo había dos pequeñas balsas mas con dos lavaderos.
Este primer conjunto pertenecía al riego de la casa del Sr Enrique que pertenecía a la Comunidad de Regantes.

Restos de dos pequeñas balsas

Y hacia la derecha el agua iba encauzada por una acequia apoyada sobre la ladera del barranco, hasta una balsa antigua situada en un extremo.
Con el tiempo el agua se entubo dentro del cajero de la acequia y se construyeron varias arquetas. Al mismo tiempo se amplio la balsa y se construyó un lavadero en el año 1964.


Balsas y lavadero de La Ancornia

Desde la balsa partía una acequia hacia el Oeste y continuaba subterraneamente durante algunos metros atravesando una loma mediante un alcavón. Al otro lado se bifurcaba en dos direcciones: Una que se dirigía hacia el Noroeste; y la otra que se dirigía hacia el Sur en terrenos invadidos por el agua, donde habían cuatro bancales cultivados y una balsa.
Estos elementos pertenecían al riego de la actual casa rural Masía de la Ancornia.

Para proteger estas estructuras de las avalanchas que en tiempos de lluvias bajaban de la Moleta cargadas de sedimentos, se construyó una boquera por encima de la fuente, rodeándola, descendiendo por detrás de las balsas, y desaguando finalmente en el pantano.

Alcavón o acequia subterránea


Mapa de la situación de la fuente, balsas y alcavon de La Ancornia

El ocaso de la Fuente de La Ancornia

Juan Luis Just, actual dueño de la casa rural La Ancornia, comenta que el caudal de la fuente ha sido constante, tanto en invierno como en verano, y que esa era el agua que utilizaban para el riego y para beber.
Recuerda al mismo tiempo que se instaló un depósito en la casa del Sindicato y que el agua se elevaba desde el nacimiento para el mantenimiento de la masía.
El Sr Just relata con nostalgia desde el mirador el aspecto frondoso que abrazaba a la fuente "rodeada de árboles, con muchos cerezos, una palmera y una higuera que hacían que no penetrara el sol en el suelo".
En la actualidad este lugar es un terreno yermo donde solo se aprecian las ruinas de dos balsas que pertenecieron a la Comunidad de regantes y el estanque con el lavadero en un extremo, de la Masía de La Ancornia.
La fuente está seca y enrunada sin ningún indicio que indique que en el pasado hubo un manantial copioso, y por la información existente, antiquísimo.

El principal responsable del estado actual del paraje fue la apertura de pozos en el monte Albabor por parte de la empresa Aguas de Jijona S.A.
La perforación secó por completo la Fuente de los Ameradores que nace en la cabecera del barranco del mismo nombre o de Silim, y la Fuente de la Ancornia.
El 16 de Enero de 1975 el Presidente del Sindicato de riegos de la Huerta de Alicante D. José Climent Asensi, anuncia "que la Comunidad es dueña de la propiedad denominada La Ancornia en cuyas tierras nace una fuente, de cuyas aguas, desde tiempo inmemorial, se vienen beneficiando estas tierras, y las de otra finca lindea propiedad de D. Juan Just Mira, vecino de Tibi, pasando las sobrantes al embalse de Tibi, para su aprovechamiento por las tierras y los regantes encuadrados en el Sindicato de Riegos de la huerta de Alicante, en virtud de antiquisimas concesiones y Privilegios, recogidos en los estatutos de esta Comunidad aprobadas por S.M en 24 de Enero de 1865".
Un comunicado posterior de la Comisión de aguas del Júcar contestó inhibiéndose de la cuestión por corresponder ésta situación a los Tribunales de jurisdicción ordinaria.
A continuación el informe de la Asesoria Jurídica del Sindicato manifestaba que al no haber interpuesto queja ante el Ayuntamiento de Tibi cuando los pozos estaban en construcción, solicitando en ese momento el cese de las obras, y al estar estos ya en funcionamiento, el organismo competente para tratar el asunto era el Juzgado de Primera Instancia.
Para iniciar el pleito había que aportar acreditaciones sobre la titularidad del agua y una serie de pruebas sobre el caudal y su merma, acción que resultaría complicada y costosa, por lo que aconsejaban desistir de cualquier acción reivindicatoria por resultar anti económica.

El Sindicato de riegos, que en el pasado siempre opuso una resistencia feroz para todos los asuntos que fueran en contra de sus intereses, incluso con sus vecinos, los regantes de Monnegre, acataron la decisión sin mas demora, olvidándose del asunto.

Imagen del pantano desde el mirador. Semi enterradas hay dos balsas que almacenaban el agua de la fuente

LA ACEQUIA DE LOS ENAMORADOS

"Pues para conducir a Ilice el agua de la fuente de Alcornia, que es de muy buena calidad, y debía entonces correr con mas abundancia, fabricaron un conducto maravilloso, de que todavía existen algunas ruinas. Es fábrica antiquísima, insigne, y de mucho gasto, obra verdaderamente de romanos; y según parece se construió ha de dos mil años. Esta acredita la antiguedad y nobleza de nuestra Ciudad, porque tan insigne y magnífica obra solamente podían emprenderla opulentas y grandes ciudades. El vulgo, derivando de alguna conseja, la solía llamar en lo antiguo la Azequia de los Enamorados".                                                               
Juan Bautista Maltés.


El trazado de la acequia de los enamorados constituye un enigma porque no se sabe a ciencia cierta donde comenzaba y donde finalizaba. También se ignora si el agua que transportaba estaba destinada al regadío o al uso doméstico.
El cronista Bendicho sugiere, ya que no asegura, que el agua procedía de la Fuente de la Ancornia. También, cerca de la fuente pero en el lado opuesto hay, y también debieron de existir entonces, otros manaderos aprovechables como el que aflora en la Fuente de la Algarroba o en el de la Fuente de Ronesa
Esto último son solo conjeturas porque el rumbo que tuvo el acueducto en origen está interrumpido por la presa, y los vestigios conocidos comienzan aquí y llegan hasta la partida de La Pólvora, al Sureste del Cap de Montnegre.

En la representación se observa la acequia de los enamorados en su trazado aguas arriba y aguas abajo de la presa.

En este punto es preciso mencionar los trabajos llevados a cabo por el Museo Arqueológico de Alicante de mano de la arqueóloga responsable Ana García Barrachina.
En los estudios realizados se destaparon varios tramos del canal de los enamorados en Montnegre de Dalt y en la Pólvora. Así como del descubrimiento de una balsa romana en el Barranco del Juncaret con algunos tramos de acequia excavada en la roca.
La acequia de los Enamorados esta datada en los siglos I-II DC y se supone que podría haber abastecido a la Ciudad de Lucentum situada en la Albufereta o a algunas villas de los alrededores, justo donde desemboca el Barranco del Juncaret.
En Lucentum habían 22 cisternas para almacenar agua, de las que tres eran prerromanas. Contaban además con dos termas que requerían un caudal continuo de agua para su funcionamiento y no solo de la almacenada procedente de la lluvia.
Aún así, hasta ahora, no se ha descubierto ningún acueducto que abasteciera a la Ciudad.

Por otro lado hay que resaltar los estudios realizados sobre el terreno del investigador Agustín Pantoja donde afirma que la conducción es romana y que "tanto su estructura como su trazado confirma que nos encontramos ante una obra proyectada, realizada y puesta en función como un todo cerrado. Fue reparada en la antigüedad en varias ocasiones diferentes, por lo que su uso esta acreditado. Los diferentes enlucidos, las reparaciones en muros de sustentación o la refacción del mismo specus lo confirman".

Si el origen del agua era la Fuente de la Ancornia, el canal cruzaría al lado opuesto donde seguramente habría una balsa reguladora, desde donde se canalizaría por la acequia en un recorrido tortuoso, con un nivel mínimo de inclinación que guiase el agua por gravedad hasta su destino final.

Inicio del Canal de los Enamorados

Siguiendo a la crónica de Juan Bautista Maltés: "Abrieron el conducto desde lo alto de las sierras, donde oy está el que llamamos Pantano; y oy se descubren los vestigios de este aqueducto desde la pared del mismo Estanco, y de la Sierra, en que estriba su fábrica..".
Los signos visibles comienzan en el murallón frente a la galería de lodos. Desde ahí continúa excavada en la roca perfilándose perfectamente desde el camino de acceso.
En el inicio del canal hay unas escalerillas trabajadas en la roca hacia otro canal situado a un nivel inferior y que acompaña al de los Enamorados hasta casi la casa del Pantanero.

Imagen de los dos canales. El superior es la acequia de los Enamorados

En el lugar donde cae el agua del aliviadero se aprecia el cajero de la acequia y restos del hormigón o paramento que la cubría. A medida que se aleja del dique la canalización está cubierta de grandes matorrales (espartos, plantas espinosas y lentisco), e incluso pinos que han crecido en su interior.


En las fotografías se aprecia el canal excavado en la roca durante los primeros metros de recorrido y el hormigón o pavimento que cubría el cajero.

Siguiendo la cota de nivel, desaparece durante unos metros, tras los cuales vuelve a aparecer internándose en un pequeño alcavón.
Previo a la entrada la acequia aún conserva el enlucido que la cubría. En el exterior tiene una anchura de 60 centímetros, y de 89 cms dentro del túnel. El alcavón tiene una altura de 1,77 metros.


Vistas de la acequia y tramo subterráneo.


Amplitud del canal subterráneo (89 cms)

Unos metros por encima del canal hay excavadas unas escalerillas casi inapreciables, tapadas por la vegetación que desciende por la ladera de la Cresta.
Otro dato a tener en cuenta son las marcas de picoletas en la pared izquierda del alcavón realizadas en el sentido de la corriente.
Desde este lugar se puede descender hacia el canalillo inferior que avanza serpenteando por el macizo rocoso hasta unos bancales próximos donde desaparece.

 
Canalillo inferior de 10 cms de anchura

El canal romano gira a la derecha donde es interrumpido por unos bancales. A continuación avanza cruzando la carretera que conduce a la ermita y vuelve a aparecer en la vertiente derecha del río excavado en una zanja de grandes proporciones.
Su anchura es de 60 y 80 centímetros. A escasos centímetros del suelo se aprecia el recubrimiento hidráulico que la impermeabilizaba.


Zanja y medidas interiores. Se aprecia a los lados el paramento hidráulico del canal.

La acequia vuelve a aparecer labrada en la roca a la altura del Molino del Pantano (primer molino del río Monnegre), a 120 metros de una masía en ruínas. El cajero tiene una anchura de 70 cms.

En la crónica de J.B. Maltés dice que el acueducto "pasa por Monnegre. En partes se encuentran montes minados, y en valles, y barrancos vestigios de arcos de cal y canto: y a la otra parte de la Partida, que llaman el Casalet, a vista del Rio de Muchamiel, después del Cerro de Monnegre, quedan todavía dos cerros derruidos, y otro cerca del Pantano".

Ya en término de Jijona, en el barranco que desagua a la altura del Molino de Tomás se perfila la acequia, y se observan restos de los dos estribos de un acueducto a ambos lados de la rambla.


Restos del paso del canal aéreo

Mas adelante como dice el cronista, aparece un tramo subterráneo justo por encima de donde estaba ubicado el Molino de Casalet.
El canal ha sido destapado en los trabajos arqueológicos arriba mencionados. Se dirige hacia el NE, y por la orografía del terreno tuvo que salvar una barrancada mediante una arcada antes de internarse subterráneamente.

Tramo subterráneo de la acequia

La acequia continúa cruzando el Camino del Barranco del Infierno y aparece nuevamente en el Barranco de los Enamorados.
En este lugar atravesaba una bifurcación de la rambla mediante un acueducto o "arcuatio" sobre muros de "opus vittatum e incertum", como afirman los arqueólogos.


Restos del primer acueducto en el Barranco de los Enamorados

La conducción viraba a cielo abierto bordeando una loma y volvía a traspasar la segunda bifurcación del Barranco de los Enamorados mediante otro acueducto.
En este lugar solamente quedan restos en la vertiente izquierda de la rambla, desapareciendo al otro lado cualquier vestigio de su trayectoria.

Restos del segundo acueducto del Barranco de los Enamorados

Desde este lugar la conducción serpentea oculta por las estribaciones del Cap de Montnegre en su vertiente NO-N, volviendo a aparecer frente a la Partida de la Pólvora.
Se puede observar parte de la acequia en la parte trasera del macizo rocoso de la fotografía y su continuidad unos metros adelante.

 Vistas del río en La Pólvora por donde circula el canal

Restos de la acequia.

Siguiendo la cota de nivel el canal vuelve a aparecer re-excavado por los arqueólogos  unos metros por encima de la carretera. En este lugar entre los términos de Muchamiel y Alicante se observa perfectamente su trazado incluso antes de los trabajos de investigación.

Acequia de los Enamorados en término de Alicante

Por último, situado en terrenos de Alicante hay una acequia prácticamente enterrada por los derrumbes de una ladera, que posiblemente sea la continuación del canal que vamos siguiendo.
En el estudio realizado por los expertos se da a entender que este tramo que esta situado en una barrancada por debajo de la carretera de la Pólvora, es de factura romana y podría ser la prolongación de la acequia de los Enamorados.

fotografía realizada en el año 2.011

A partir de aquí se ignora que dirección toma la conducción. Presuponiendo que el destino final de la acequia fuera la Ciudad de Lucentum o algunas villas circundantes, podemos imaginar los dos itinerarios representados en el trabajo A.G. Barrachina.
Por un lado la conducción continuaría por la carretera de la Pólvora hasta la ermita de Chapitel, internándose en las poblaciones de San Juan y Muchamiel, dirigiéndose por algún lugar indeterminado hasta Lucentum.
Una segunda opción sería que continuara por la carretera de la Pólvora o la urbanización El Llofriu hasta el Portell de la Moleta. Desde aquí hasta el Juncaret, y bordeando el barranco hasta Lucentum.
Este último itinerario se antoja mas plausible, ya que atraviesa terrenos en suave pendiente descendente y con la existencia de manantiales aprovechados en el siglo XIX y que quizás ya se usaron en época romana.

Las fotografías siguientes corresponden a los dos tramos de canal y balsa descubiertos por los arqueólogos en el Barranco del Juncaret por encima de la fuente del mismo nombre.




Para finalizar transcribo la frase de Plinio el Viejo que muestra la admiración que los romanos tenían por su red de abastecimiento de aguas:
"Si alguien calculara cuidadosamente la cantidad de agua de los suministros públicos, baños, depósitos, casas, zanjas, jardines y villas suburbanas; y por la distancia que deben atravesar, los arcos construidos, las montañas perforadas, los valles nivelados; tendremos que confesar que nunca ha habido nada mas maravilloso en todo el mundo".


Agradecimientos:
A Juan Luis Just, propietario de la Masía L´Ancornia, cuyos conocimientos sobre el paraje y la fuente han sido imprescindibles y de gran ayuda para la realización del artículo.

Fuentes Consultadas:
- Décadas de la historia de la insigne y coronada ciudad y Reino de Valencia. Gaspar Escolano
- Crónica de la muy ilustre, noble y leal ciudad de Alicante. Vicente Bendicho
- Ilice ilustrada. Historia de la muy noble, leal y fidelísima ciudad de Alicante. J.B. Maltés.
- El pantano de Tibi y el sistema de riegos en la historia de Alicante. Armando Alberola Romá
- Tratado de los derechos y regalías. Vicente Branchat.
- Memorial ajustado hecho con citación de las partes del pleyto que sigue la ciudad de Alicante y el señor fiscal con la Ciudad de Jijona...
- La balsa del Barranco del Juncaret y otras estructuras de época romana del territorium de Lucentum. Ana García Barrachina.
- La Ciudad ibero-romana de Lucentum (el Tossal de Manises, Alicante). Manuel Olcina Doménech.
- Archivo Municipal de Alicante.
- Archivo Municipal de Jijona.
- Archivo Municipal de Muchamiel.
- Pares. Portal de archivos españoles.

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