Ruta realizada el 21/10/2012
El catedrático de prehistoria y de historia antigua de la Universidad de Valencia D. Julian San Valero Aparisi hizo un estudio de los materiales encontrados en esta cavidad correspondiente al neolítico, resaltando la importancia de este yacimiento junto con los restos encontrados en la Cova de L´Or en Beniarrés.
En la Sarsa se encontraron restos humanos, conchas, algunas de ellas perforadas como cuentas de collar, candiles de hierro, colmillos de jabalí, piedras de sílex y cerámica.
Todos estos hallazgos se encuentran en el Museo de Prehistoria de Valencia.
El experto resalta el cuidado y la maestría de una artesanía avezada al oficio en cuanto a los restos de cerámica encontrados; no así con el resto, donde el profesor dice haber sido realizados de una forma ruda y funcional sin ninguna técnica avanzada en ningún aspecto.
Un grupo de seis personas nos disponemos a explorar la cueva en su totalidad guiados por Vicente que ya la ha visitado en otras ocasiones.
A la altura del Km. 4 de la CV-794 que une Bocairente con Alcoy, giramos en este punto a la izquierda. Pasamos junto al gran caserón y ermita de Santa Bárbara. Enfrente de ésta, al otro lado del camino, hay un gigantesco chopo apoyado sobre dos muros de piedra para evitar su desplome.
Continuamos dejando dos masías, una a la derecha y otra a la izquierda y a 1.300 metros de Santa Bárbara hay un pequeño rellano antes de un cruce de caminos donde dejamos el coche.
Giramos a la izquierda por el camino que hay a continuación, y justo enfrente de una verja de hierro nace a nuestra derecha la senda del Carrascalet que conduce a la cueva.
El sendero se perfila perfectamente y nos lleva a lo alto de una loma. Desde aquí comienza a descender; un poco más adelante en el cruce de sendas seguimos por la derecha, que nos guía hacia la entrada de la cavidad.
La entrada a la cueva tiene esta forma tan antinatural, enlucida y remozada con cemento, para acoplar una puerta de hierro. En el pasado estuvo cerrada para practicar en ella estudios arqueológicos. La entrada a la cavidad está orientada al norte rodeada de encinas y musgo en las rocas próximas.
El profesor Julián San Valero refiriéndose a la ubicación de la cavidad, dice que, al estar situada a media ladera, los neolíticos que habitaron esta cueva no buscaban tierras fértiles de huerta ni campos de cereales, sino lugares de pasto para sus ganados.
En su interior también se encontraron restos de animales domésticos y aperos para la agricultura.
Una vez dentro hay una gran estancia donde uno se da cuenta que las visitas a la cavidad son numerosas, así como la cantidad de deshechos y colillas tiradas por algunos excursionistas.
La entrada original de la cavidad esta situada a un nivel mas alto, y en la actualidad está tapada por una pared de ladrillo.
La entrada original de la cavidad esta situada a un nivel mas alto, y en la actualidad está tapada por una pared de ladrillo.
Guiados por Vicente nos dirigimos en dirección sur bajando por una resbaladiza pendiente fácilmente salvable. Enseguida se empiezan a ver formaciones en las paredes y en el techo, así como pequeños embalses de agua.
A partir de aquí la cavidad toma dos direcciones. Nosotros avanzamos primero hacia el sureste a través de un estrecho paso en el suelo que desemboca en una gran sala con tres columnas características, y afloramientos calcáreos en el techo.
La cavidad es muy bonita y la presencia de agua es constante. Se observan en algunos recovecos los pequeños estanques o gours llenos de agua y pequeñas estalactitas en formación.
Sin embargo también se puede observar como la cueva ha sido maltratada y expoliada. Hay grandes trozos de estalactitas y estalagmitas rotas y abandonadas por el terreno.
Andamos casi todo el rato sobre suelo mojado y resbaladizo; solo en algunas partes el suelo es de arena.
Continuamos a través de un estrechísimo paso hacia la sala Gran donde hay bellas formaciones y una gran colada negra.
La cavidad es muy bonita y la presencia de agua es constante. Se observan en algunos recovecos los pequeños estanques o gours llenos de agua y pequeñas estalactitas en formación.
Sin embargo también se puede observar como la cueva ha sido maltratada y expoliada. Hay grandes trozos de estalactitas y estalagmitas rotas y abandonadas por el terreno.
Andamos casi todo el rato sobre suelo mojado y resbaladizo; solo en algunas partes el suelo es de arena.
Continuamos a través de un estrechísimo paso hacia la sala Gran donde hay bellas formaciones y una gran colada negra.
Seguimos avanzando hacia el final de la cueva por este lado. La presencia de agua es mayor. La forma que adoptan las paredes parecen como de chocolate fundido.
A lo largo del trayecto se pueden ver desperdigados murciélagos colgados del techo, y que no se alteran de nuestra presencia.
Al final de la cueva hay un pequeño lago. Por el lado oriental del estanque se puede acceder a una pequeña sala con mucha dificultad, a través de un estrecho agujero con el peligro de calarse entero.
Lago al final de la cavidad |
Paso a la sala por encima del estanque |
Desde el inicio y una vez salvada la pendiente mencionada al principio, giramos a la derecha dirigiéndonos al oeste. Enseguida aparece una estancia de grandes formaciones calcáreas y de un espectacular techo salpicado de incipientes estalactitas en formación.
Desde este lugar instalamos un carrete guia. Salvamos varios obstáculos hasta llegar a una sala donde hay unas columnas de 1 metro aproximadamente, y tras ellas hay un resbaladizo agujero en la roca en forma de tobogan.
Una vez sobrepasado, entramos en la sala del Caracol. Se debe a una extraña formación en la roca que se asemeja con este animal. En este lugar a unas espléndidas formaciones por todos lados.
Sala del Caracol |
Una vez en el suelo hay una espectacular colada y una masa calcárea llena de concreciones en el suelo parecidas a medusas.
Bajando encaramándose a la pared |
formaciones calcáreas y colada |
Esta sala es la más profunda de la cavidad y ello ha motivado a que alguien que realizó la "inmensa proeza de llegar a este lugar" lo inmortalizara con una patética pintada en la pared.
También posiblemente sea obra del mismo artista unas letras grabadas a lo largo de una masa calcárea.
Sin embargo eso no es todo. Vicente nos muestra una oquedad en la pared que una vez salvada y a través de una gatera se entra en una pequeña sala donde todo parece intocable.
Se trata de la Sala de la Música. Al golpear suavemente algunas formaciones verticales, suenan como campanas tubulares. No hay nada roto. Esta sala por ahora, permanece a salvo.
Banderas vistas desde abajo en la sala de la música |
Formaciones en la sala de la música |
Integrantes de la expedición:
- Marisa
- Piedad
- Vicente
- Rafael
- Isidoro
- Sergio
Fuentes Consultadas:
- D. Julian San Valero Aparisi. La cueva de la Sarsa
Para saber más:
El neolítico antiguo cardial y la cueva de la Sarsa
La cova de la Sarsa
La industria lítica tallada del neolítico antiguo
La cova de la Sarsa
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