domingo, 6 de septiembre de 2015

PROSPECCIÓN DE UNA MINA DE AGUA

Según la información reunida la mina de agua ya estaba en funcionamiento a mediados del siglo XIX y abastecía a una importante finca situada en una partida rural de Alicante. Sus actuales dueños quieren omitir la localización de la galería para evitar la visita de curiosos, ya que se plantean la posibilidad de rehabilitar en la medida de lo posible el acueducto y sus elementos anexos para aprovechar el agua.
En los últimos años el agua aflora al exterior con escaso caudal causado por la grandes cantidades de cieno amontonado en la entrada de la galería
En una primera evaluación sobre el terreno verificamos que el lodo acumulado debajo del agua cubría por encima de la rodilla al pisarlo, dificultando la incursión, al mismo tiempo que la altitud de la galería descendía bruscamente.

En el exterior se localizaron cuatro lumbreras o pozos de aireación situados a ras de suelo sin ningún tipo de protección o señal advirtiendo su presencia. En origen, estos pozos se perforaban para ventilar las galerías y para sacar al exterior los escombros de la excavación, donde eran amontonados alrededor del brocal formando un pequeño cráter evitando que las aguas de escorrentía de las laderas circundantes cayeran al interior, o bien, se levantaba un murete alrededor con el mismo fin.
La mina avanza paralela a una pequeña rambla y las lumbreras están situadas en la ladera de la misma, en un terreno yesoso e inestable, donde hay grandes cárcavas dejando al aire las raíces de los árboles a consecuencia de las aguas de arroyada.
Con el paso de los años, tras el abandono del sistema, la masiva caida de tierra y agua al interior justifican la gran cantidad de barro en la galería.
En los días siguientes de esa primera inspección, a petición de los dueños de la finca, dos agricultures y vecinos de la partida ya veteranos extrajeron grandes cantidades de barro, limpiando el acceso y permitiendo que el agua discurriera con mayor fluidez al exterior.
Realizados esos trabajos accedimos al interior de la mina para comprobar su estado.

La bocamina es un arco de medio punto realizado de ladrillo al que hay que acceder salvando un escalón de 1,70 metros de altura. A dos metros de distancia hay un canal que conduce el agua al exterior hacia terrenos de la finca.
La entrada estuvo protegida en otro tiempo por una caseta a juzgar por los restos constructivos sobre el terreno. Encima del arco que forma la bocamina hay una pared enlucida de color ocre con un detalle ornamental deteriorado y donde posiblemente estuviera inscrito el nombre del lugar o el de la Fuente.
La construcción sin ser tener detalles tan estéticos, recuerda a la Fuente de la Teja de Tibi.
Por este lugar pasa una via pecuaria con derecho de abrevamiento del ganado en el pasado, y con toda seguridad fue punto de reunión y suministro de los vecinos de la partida.

Ya en el interior hay una galería abovedada de ladrillo de gran altitud de 5,70 metros de longitud excavada en la roca. En la parte superior de las paredes aún conserva el enlucido original, dejando en la parte inferior la roca viva tras la desaparición del paramento que la recubría.
Recorrida esa distancia comienza el minado a traves de una pequeña entrada realizada en piedra, encima de la cual hay una pared también de piedra, que sirve de apoyo a la bóveda superior sobre nuestras cabezas.


Desde este punto las dimensiones de la galería se reducen bruscamente. Avanza en línea recta en dirección Oeste durante un tramo de 9,60 metros. En este sector tiene una anchura de 70 centímetros y su altura es imprecisa ya que el lodo ha elevado el suelo obligandonos a avanzar encorvados y con mucha dificultad.
En una sección el barro llega hasta casi la cadera impidiendo en extremo continuar, evitando al mismo tiempo el roce con las paredes y el techo.
En los últimos tres metros los hastiales de la mina estan recubiertos de piedra y mortero y el techo en toda su extensión de piedras puntiagudas dispuestas verticalmente.


Al final hay una intersección de galerías y una lumbrera en lo alto tapada con tejas.


Continuando en la misma dirección da comienzo una galería en un arco construido con ladrillo, donde a escasos metros el barro ha colmatado la galería, siendo inviable acceder por ella.


En este lugar podemos permanecer en pie con dificultad, apoyados siempre lo mas cerca posible de la pared ya que el barro llega por encima de las rodillas.
Debajo del lodo hay gran cantidad de piedras y ladrillos procedentes de las obras de construcción o reparación de la galería.


Hacia el Norte hay una galería excavada directamente sobre el terreno sin ningún paramento. Desde nuestra posición avanzamos un paso y nos hundimos hasta la cintura siendo imposible continuar. Las paredes y el techo son de un material terroso que se desploma en grandes trozos al rozarlo .
En este punto, no sin dificultad, volvimos al espacio situado debajo de la lumbrera abandonando la exploración.



La dificultad de movimientos, con el riesgo de quedar atascados por el cieno y el alto grado de desplome de la estructura dado su mal estado, hacen impracticable la continuidad por este lado.



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